Estudiantes mexicanos desarrollan bioinsecticida sustentable

Esta propuesta ecofriendly tiene potencial para aplicación tanto a escala industrial como casera.

Ciudad de México a 27 de noviembre de 2024.- Estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, desarrollaron un bioinsecticida sustentable en beneficio de Aldea Azul, un bosque de eucaliptos ubicado en Villa Victoria, Estado de México.

Los jóvenes estudiantes, participaron en un proyecto multidisciplinario que constó de diversas iniciativas y retos con la finalidad de ofrecer soluciones que ayuden a proteger el medio ambiente, en conjunto con la Fundación Aldea Origen, dedicada al cuidado del medio ambiente.

Como parte de su metodología, los alumnos visitaron las instalaciones donde se localiza el bosque de eucaliptos con el fin de conocer sus actividades productivas; posteriormente, se hizo una búsqueda de información sobre los insectos y agentes clasificados como plagas en esa localidad del Estado de México. Particularmente, la propuesta del bioinsecticida se desarrolló para ser aplicable en los cultivos de tomate de Aldea Azul.

De acuerdo con el Dr. Hugo Ortiz, académico del Tec de Monterrey, se realizó una amplia investigación bibliográfica sobre sustancias bioinsecticidas producidas por plantas disponibles o cultivables en la zona, compatibles con el aceite esencial de eucalipto y activas contra las variedades de las plagas predominantes en ese lugar.

“Se estudiaron algunos de los métodos de extracción de aceites esenciales, como el arrastre por vapor de agua o etanol, y la técnica Soxhlet (extracción de compuestos a partir de materiales sólidos); así, se obtuvo una formulación de bioinsecticida a base de aceite esencial de eucalipto”, destaca el Dr. Ortiz.

Por su parte, Diego Mendoza Montero, estudiante de octavo semestre de Ingeniería en Biotecnología, en el Tec de Monterrey, comparte que el planteamiento principal que recibieron de Aldea Azul fue ayudarlos a atender una de las plagas locales: “éramos un equipo de cuatro integrantes y nos enfocamos en localizar el eucalipto que tienen dentro de la misma aldea junto con otros posibles reactivos que sean fáciles de cultivar u obtener para poder diseñar el bioinsecticida”.

“Entonces, ese fue el objetivo inicial; a partir de eso, empezamos a investigar alternativas que fueran accesibles, plantas que pudieran aprovecharse y utilizarse para atacar las plagas locales, como arañas, polillas y larvas”, apunta Diego. En ese sentido, el propósito de este bioinsecticida es el desplazamiento de las plagas, es decir, las aleja y controla, pero no las elimina pues son seres vivos.

“Observamos qué plantas tenían en común repelentes naturales para generar un producto que fuera lo menos complejo posible y, al mismo tiempo, lo más eficiente; a partir de eso, encontramos varios de los insecticidas más útiles, no sólo para esta, sino para otras especies”, detalla el futuro egresado en Biotecnología.

Con base en los estudios e investigaciones realizadas, se obtuvo una formulación de bioinsecticida a base de aceite esencial de eucalipto, extractos de chile serrano, ajo y menta.

Como parte de esta iniciativa, el grupo de estudiantes realizó una búsqueda de empresas comercializadoras y distribuidoras de productos sustentables y orgánicos con las que Aldea Azul podría establecer alianzas para la comercialización de su proyecto.

Con información de Conecta

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