Por Carlos A. Romo Miranda.
Definitivamente, el mundo está atento al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, propuesta por la Organización de las Naciones Unidas, que incluye 17 objetivos, uno de los cuales es garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna[1]. Sobre todo, este es un factor que contribuye al cambio climático y representa casi el 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Latinoamérica produce alrededor del 25% de su energía a partir de elementos renovables, principalmente a través de plantas hidroeléctricas y biocombustibles. Sin embargo, existe la posibilidad de aprovechar sus recursos solares por medio de paneles fotovoltaicos o placas fotovoltaicas. Esto es formado por numerosas celdas que convierten la luz en electricidad, debido a que la energía lumínica produce cargas positivas y negativas, emitiendo así un campo eléctrico capaz de generar una corriente.
Los paneles fotovoltaicos incluyen varios componentes que deben integrarse sólidamente, porque una vez armados son inamovibles y deben orientarse debidamente para aprovechar la luz solar. Existen proveedores como tesa que ofrecen cintas especiales para el ensamblaje y unión precisa de los módulos, como su línea Frame Select, que posibilita un acabado estético, flexibilidad de diseño y un proceso de montaje rápido y limpio, que además resiste altas temperaturas.
Desde luego, son varios los elementos que componen un panel, y que deben fijarse y protegerse adecuadamente, como es el caso de los rieles, los marcos, los cables fotovoltaicos, las cajas de conexiones, las barras colectoras, y varios elementos más que pueden ser unidos con las cintas de referencia. Además, pueden cubrir temporalmente las perforaciones u orificios que se crean durante la instalación.
Por otro lado, cabe señalar que dentro del concepto de las energías renovables, también destaca el de la eólica, cuya generación en América Latina es de 34 GW (giga vatio), y en América del Norte de 136 GW, lo que ayuda a evitar 250 millones de toneladas de emisiones de C02 al año. Esto equivale retirar de las carreteras mil 200 millones de automóviles de pasajeros[2].
El principal medio para obtener la energía eólica son los aerogeneradores, o “molinos de viento,” de tamaño variable, cuyas aspas transforman la energía cinética en mecánica para poder enviarla a un generador y así producir electricidad. Sus partes incluyen un motor, un sistema de enfriamiento, un generador, y varios elementos más.
Para armar los generadores, tesa ofrece cintas para la fijación de las aspas y los restantes componentes al sistema completo, que además contribuyen al recubrimiento de los moldes, la adhesión a múltiples tipos de superficies, resistencia a la intemperie y a radiaciones ultravioleta. Las cintas de doble adherencia no dejan marcas al removerlas, y en conjunto ofrecen varias ventajas en comparación a otro tipo de adhesivos líquidos o sólidos.
tesa ofrece soluciones adhesivas de alta calidad a la industria que produce aerogeneradores que buscan maximizar la electricidad producida por megavatio para cubrir más sitios con velocidades de viento incluso más bajas. Las turbinas eólicas se han vuelto más grandes, con alturas mayores así como palas de turbinas eólicas de mayores dimensiones, lo cual exige elementos de fijación más confiables y de mayor resistencia.